Une voix dans le désert, 2002

La obra cinematográfica de Chantal Akerman es un referente del cine experimental europeo. La artista desarrolló varios géneros como el documental, la comedia, el drama o el musical, desde los que abordó sus inquietudes más personales.

Desde sus inicios, su producción se alejó formalmente de las convenciones clásicas de espacio, tiempo y lugar, con películas que no tienían un principio ni un final definidos, o bien mediante la utilización de un ritmo temporal que hacía que el tiempo de ficción se acercara al tiempo real de los acontecimientos. Este trato personal del tiempo es uno de los puntos clave del trabajo de la artista. En cuanto a la temática, está vinculada a cuestiones cercanas a su persona: la mujer, la familia, el ámbito doméstico, el judaísmo, el éxodo...

Desde finales de los años 90, a pesar de que Akerman ya experimentaba con el vídeo desde los años 70, la artista se adentró en el mundo del videoarte, produciendo numerosas videoinstalaciones. A menudo, eran relecturas de su cine que tomaba como inspiración. Este es el caso de Une voix dans le désert.

En el año 2002 Chantal Akerman realizó De l'autre côté, película sobre la problemática existente en la frontera entre México y Estados Unidos. Ese mismo año, la artista presenta en la Documenta de Kassel la videoinstalación From the other side, que integraba una parte de la película De l'autre côté y el vídeo Une voix dans le désert. El proyecto nace de un artículo que la artista leyó sobre los rancheros americanos que persiguen a los emigrantes clandestinos con sus escopetas magnum y gafas de visión nocturna. Dicen que los mexicanos traen la suciedad. Fue esa palabra (dirt) la que hizo pensar a Akerman en dirty jew, sucio judío, sucio árabe... Investigando sobre el tema, Akerman descubrió Agua Prieta, y decidió dejar la cruel historia de los rancheros en un segundo plano, dando más relevancia a la problemática de la frontera.

Agua Prieta y Douglas son dos pequeños pueblos situados uno a cada lado de la frontera. Akerman muestra alternativamente estos dos pueblos vecinos, separados por un obstáculo físico insuperable, un vallado espinoso de pinchos de alambre. A pesar del peligro y la ilegalidad, centenares de mexicanos intentan cruzarlo cada año. La frontera se convierte en un símbolo de la ruptura Norte-Sur y de los destrozos de la globalización, pero Akerman capta su paisaje desértico, el horizonte y los amplios espacios abiertos.

Une voix dans le désert, parte de la instalación From the other side, fue realizada en la misma frontera del desierto de Arizona entre dos montañas, una norteamericana y otra mexicana, entre las que la artista instaló una gran pantalla de diez metros de base. Akerman filmó la proyección de los últimos minutos del film De l'autre côté sobre esta pantalla, con unas imágenes en el anverso y en el reverso, en función del lado de la frontera desde donde se contemplase la pantalla. La imagen se inscribe en el desértico paisaje al mismo tiempo que se desvanece con la llegada de la claridad del día.

Con esta obra Chantal Akerman denuncia una realidad contemporánea concreta, la problemática de la frontera entre México y Estados Unidos, pero evoca a su vez otros episodios históricos y actuales en los que las fronteras o los enfrentamientos entre culturas y religiones y las tragedias provocadas por estos son sus protagonistas.