Saison des pluies nº 2, 1990

Desde ese momento, la pintura de Barceló incorpora la vivencia del artista en contacto con una nueva cultura y otra forma de naturaleza. Si bien formalmente no renuncia a la técnica informalista, y continúa volcando la pintura directamente sobre la tela, el descubrimiento del mundo africano altera su proceso pictórico. Barceló introduce la representación del paisaje y de los fenómenos naturales, añade nuevas iconografías ‒tales como formas orgánicas y de animales‒, y amplia las texturas.

Saison des pluies no. 2 forma parte de una trilogía de gran formato que Barceló pintó en el año 1990, cuando regresó de una de sus estancias africanas, y en la cual describe la estación de las lluvias. Es una serie de tres cuadros formada por Saison des pluies no. 1, Saison des pluies no. 2 y Le Déluge. Los títulos (estación de lluvias y el diluvio) evocan el curso de un río durante un temporal.

Realizada con la técnica del dripping, Saison des pluies no. 2 muestra la influencia del pintor romántico inglés J.M.W. Turner. La lluvia ocupa toda la tela y borra la diferencia tradicional entre fondo y figura. Barceló refuerza el dinamismo de la lluvia y la idea de tempestad a través de incisiones en la pintura. En la parte inferior de la tela, insinúa formas vegetales y figuras de animales, y hace que las gotas golpeen el suelo formando salpicaduras y pequeños charcos. El cuadro captura a la vez el movimiento en diagonal del agua y la fuerza de una tempestad, pero también el efecto líquido de la tierra mojada bajo la lluvia, una vivencia diaria que en el Sur se alarga durante meses. Pintada en tonos grises, blancos, rosados y terrosos, la tempestad no esconde cierta sensación de melancolía. Además de captar el agua cayendo con fuerza, Barceló remite a la condición líquida de la pintura y a su capacidad para evocar el paso del tiempo.