Losing: A Conversation with The Parents, 1977

En Losing: A Conversation with the Parents, Rosler trabaja con actores profesionales a los que les pide que sobreactúen y se muestren poco naturales. Entrevistados en una sala de estar burguesa, el escenario combina actuación teatral (un interlocutor invisible dialoga con los supuestos padres, aún jóvenes) con elementos documentales que muestran las fotografías y textos editados en Criss Cross Double Cross. Además de constituir una crítica al lenguaje televisivo y un documental sobre la anorexia, Rosler le pide al espectador que realice un desplazamiento hacia otro tema: los alimentos como arma política y la responsabilidad de los países industrializados como Estados Unidos en la situación de hambre en el Tercer Mundo. En una estrategia muy habitual en la artista, la anorexia pasa a ser una metonimia, una pista que desplaza al espectador hacia otra parte, aunque estrechamente conectada con la primera. Losing aúna dos contextos en los que se utiliza el alimento como arma de opresión política: el hambre de grandes grupos de población como efecto de la dominación económica, y la autoagresión que supone un proceso de anorexia efecto de un aprendizaje social. La dinámica de la mentira y la autoimposición de una dieta hacen patente cómo la creación de unas subjetividades femeninas sujetas a los ideales de la cultura contemporánea es también una operación de dominio político.