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El 21 de junio de 1960 abría sus puertas el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Se había instalado, tras buscar en vano una ubicación más adecuada, en la cúpula del cine Coliseum, en un local cedido por el FAD a su director, el crítico e historiador Alexandre Cirici i Pellicer. La inauguración de este Museo ponía de relieve tanto la tenacidad de sus promotores, como las dificultades a las que se enfrentarían para hacer realidad el proyecto subyacente: la creación de una plataforma de irradiación del arte contemporáneo en Cataluña.

La apertura del Museo, a pesar de su precariedad, culminaba una lucha que se había iniciado diez años antes. La creación, en 1949, del Club 49, vertebrado por el galerista Joan Prats, ha de verse como el primer paso de una trayectoria que llevaría, el 20 de marzo de 1956, a la creación de la Associació d’Artistes Actuals (AAA), presidida por Alexandre Cirici, impulsora de los Salones de Mayo y que, ya en su reunión fundacional, había anunciado su voluntad de crear un museo de arte contemporáneo.

Este museo, que finalmente tomó forma de sociedad mercantil (con un centenar de socios privados que tenían, mayoritariamente, una sola acción de mil pesetas), tuvo una vida activa pero breve: después de organizar veintiuna exposiciones de artistas coetáneos, catalanes y foráneos, tuvo que cerrar sus puertas. La celebración, en febrero de 1963, de una exposición titulada El arte y la paz, puso de manifiesto los límites de la permisividad frente al compromiso que adoptaba el nuevo arte. En este contexto, las dificultades económicas, la vacilación de la institución que había de darle apoyo (la Diputación de Barcelona), junto al temor de algunos y los recelos de otros fueron la causa de la inviabilidad del proyecto.

Durante sus primeros meses de funcionamiento, el nuevo Museu d’Art Contemporani de Barcelona, inaugurado en noviembre de 1995, quiso rendir homenaje, con esta exposición, a su antecesor más inmediato, un proyecto con el cual cree coincidir no solo en el nombre, sino también en la ambición y el propósito.

La reapertura de la Biblioteca-Museo Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú, donde ahora se exponen de forma permanente una selección de parte de los fondos del fallido Museo de Arte Contemporáneo, constituye además una buena ocasión para reconstruir y para reivindicar la memoria artística y cultural de unos años clave para la recuperación de la cultura catalana.

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