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La obra de Georges Rousse (París, 1947) se caracteriza, desde principios de la década de los ochenta, por las relaciones que establece entre fotografía, pintura, escultura y arquitectura.

Su interés por los lugares abandonados, desmantelados y en ruinas, así como por lo que estos espacios nos dejan entrever respecto a la cultura que los ha generado, lo llevaron, en 1986, a instalarse durante un tiempo en el antiguo hospital psiquiátrico Van Gogh de la localidad francesa de Arlés. Fruto de esta estancia nace la serie Arles, que fue el punto de partida de la exposición del MACBA.

Su trabajo es un ejemplo muy significativo de la importancia que la fotografía alcanzó a lo largo de la década de los ochenta y una prueba más del valor del dispositivo fotográfico como herramienta para la creación contemporánea.