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El objetivo de esta segunda presentación de los fondos de la Colección MACBA era mostrar que existen determinados componentes dadaístas y surrealistas latentes en un gran número de propuestas artísticas de periodos cronológicos y ámbitos geográficos muy dispares.

Las dos primeras secciones de la exposición desarrollaban las vertientes lingüística y objetual, y tenían como eje central los poemas de Joan Brossa. Los juegos visuales de estructuras básicas ‒como letras, palabras, signos, objetos y formas geométricas‒ eran el punto de partida para explorar elementos del lenguaje y enriquecer sus posibilidades semánticas, conceptuales y visuales. Asimismo, se presentaban trabajos de Marcel Broodthaers, Marcel Mariën, Piero Manzoni, James Lee Byars, Jordi Colomer, Francesc Torres, Rogelio López Cuenca y Federico Guzmán.

Las obras de Perejaume, Pepe Espaliú, Ramón Guillén-Balmes, Carmen Calvo, Ana Prada, Joan Rom, Rosemarie Trockel, Robert Llimós y Jana Sterbak asociaban objetos cotidianos y fragmentos de realidad encontrados en procesos de vinculación y/o descontextualización, mostrando el lado más intimista del arte. Una mirada más irónica y transgresora se apreciaba en las obras de Miralda, Carlos Pazos y Tony Oursler.

A. R. Penck, Jean-Michel Basquiat, Francesco Clemente, Luis Gordillo y una extensa selección de obras de Joan Ponç, Josep M. de Sucre, Zush y Ferran Garcia Sevilla, presentados en la última sección de la muestra, ponían de manifiesto la profunda relación existente entre el autor y las imágenes que crea. Mediante la repetición obsesiva de ciertos elementos gráficos o mediante una iconografía totalmente personal, sus obras son, a menudo, una representación de la irracionalidad o del inconsciente.