Fisuras Episodios críticos (1957-2011). Colección MACBA

Oriol Vilapuig acompaña uno de sus dibujos con una cita del pensador rumano Emile M. Cioran, quien defiende la idea de fisura y desorden como una de las formas posibles de conciencia. Peter Friedl muestra una idea similar en su vídeo Dummy (1997). La revuelta de un joven contra una de las máquinas de acceso al metro no es una queja articulada: tiene que ver con el rechazo ciego de un mundo excesivamente pautado.

El dibujo es un medio privilegiado para acceder al fragmento y la provisionalidad, como muestran las series de Anne-Lise Coste, Peter Friedl y Sílvia Gubern. Son autores que otorgan al dibujo un peso fundamental. El gesto físico contenido en el acto de dibujar está directamente vinculado con las primeras representaciones del mundo. Las obras de estos artistas recuperan la infancia como un momento convulso de formación. En el caso de Anne-Lise Coste, su trabajo asocia el dibujo a la enfermedad. En invierno de 2010, esta artista se encerró durante cinco días para evocar los cinco años de adolescencia que pasó sometida a un tratamiento médico. El resultado es un conjunto de dibujos sobre los espacios clínicos de clausura, unos ámbitos improductivos como la propia infancia.

La idea de intervalo y de pausa resulta central en el trabajo de Oriol Vilapuig. Si bien sus figuras evocan la cultura como un espacio de memoria compartida que humaniza nuestra experiencia, los tramos vacíos entre una imagen y otra son tan importantes como las propias imágenes. Como indica su autor, los procesos de aculturación acotan muy bien los márgenes y los silencios que intervienen en la construcción de nuestra imagen del mundo.

Los sentidos nos permiten obtener datos dispersos sobre los hechos, pero se necesitan criterios para ordenarlos en un sistema o imagen de conjunto. Matt Mullican y Erick Beltrán investigan en los llamados mapas de conocimiento. El primero, en obras complejas como M.I.T. Project, Untitled (1990-2009), indaga en la lógica del archivo y de la compilación. A su vez, Erick Beltrán elabora un registro casi enciclopédico de sentencias de personas no expertas. «¿Cómo muere una célula? ¿Cómo se decide empezar una guerra?…» A partir de preguntas básicas, El mundo explicado, São Paulo, Barcelona, 2008-2009 (I) reúne descripciones, diagramas y mapas que demuestran cómo las visiones del mundo a menudo se fundamentan en prejuicios.

Una parte considerable de la práctica del arte se ha centrado en activar procesos de desaprendizaje y rebelión. Aunque es cierto que la infancia es estructuradora, no es menos cierto que se construye sobre formas de violencia no siempre evidentes. Artistas como Paul McCarthy, Mike Kelley y Raymond Pettibon han elaborado obras que dinamitan las convenciones sociales aprendidas. A través de dibujos, instalaciones y performances, desarrollan una crítica demoledora e irónica a los modelos de vida incorporados. Paul McCarthy, en su obra Pinocchio House/Crooked Leg (1994), construye una casita donde los adultos se comportan como niños, los personajes de cuento se han vuelto reales y los objetos han invertido su utilidad. Se trata de un espacio de subjetividades no pautadas que también invoca Federico Guzmán en su obra Emboscadura (1994-1995). Sirviéndose de una gran pizarra, incita al público al trazo libre y al mensaje improvisado.