Alexander Calder (Lawton, Pennsylvania, 1898 - Nueva York, 1976) es uno de los escultores más influyentes del siglo XX. Tras una infancia nómada, y acabados los estudios de ingeniería en una prestigiosa escuela de Estados Unidos en 1923, se trasladó a Nueva York y en 1926 a París, donde comienza a trabajar la escultura con alambre. A través de la flexión y torsión de este material, dibuja figuras tridimensionales. Interesado en el mundo del circo, crea su propio espectáculo con actores, animales y objetos diminutos que manipula él mismo en actuaciones muy celebradas ante sus amigos.

Se incorpora al movimiento Abstraction-Création, creado por Piet Mondrian, Jean Hélion, Jean Arp y Antoine Pevsner, e inicia una gran amistad con Joan Miró y otros artistas de la vanguardia europea. En 1931 crea su primera escultura cinética y en 1932 expone sus primeros mobiles, bautizados con ese nombre por su amigo Marcel Duchamp. Se trata de volúmenes en suspenso que incorporan elementos abstractos en movimiento y equilibrio. Invitado por Miró, a quien le unía una gran amistad y afinidad estética, Calder hace estancias en Barcelona, Mallorca y Mont-roig del Camp. En Barcelona, a principios de los años treinta, ofrece un espectáculo de su circo en miniatura a los miembros del GATCPAC. A partir de los años cuarenta, ya establecido definitivamente en Estados Unidos, Calder construye esculturas monumentales en chapa de acero que se exponen en espacios públicos abiertos. Además de la escultura y la pintura, su exuberante personalidad artística le embarcó en la manufactura de joyas y de utensilios domésticos, la confección de juguetes, tapicerías, escenografías teatrales y libros ilustrados.

Desde su primera exposición individual, en 1928 en la Weyhe Gallery de Nueva York, obtuvo un amplio reconocimiento. Otros hitos destacados en su trayectoria son la fuente de mercurio para el pabellón español de la Exposición Internacional de París (1937), el premio internacional de escultura en la Bienal de Venecia (1952), el móvil monumental para el nuevo edificio de la UNESCO en París (1958), y la instalación de obras de gran formato en espacios como el Lincoln Center de Nueva York y la Plaza Federal de Chicago.

Visita la exposición de Colección